lunes, mayo 22, 2006

traducida a reptar!

Todo esto fue un error. Todo, siempre, negligencia humana. En este caso mía.
Claro, que iba yo a saber que un paso me iba a llevar a otro, y a otro, y a otro; yo no podía saber que reptar podía afectar el movimiento aleatorio de la tierra.
Lo descubrí una mañana de invierno.
El reflejo de la luz del Sol en la nieve dio de lleno en mi cara, cuando me di cuenta de lo que pasaba. Calculo que habré estado mas de media hora totalmente paralizada. Cuando logre reaccionar, me quedé dormida.
Me desperté con ganas de caminar, de salir, de ver el sol.
Ya no estaba, se había ido… se había esfumado la luz, no quedaba mas que electricidad en la fría ciudad. Caminé sin rumbo, como ya dije, tuve que dejar de reptar, sin ninguna dirección hasta que llegué a ese lugar, que después me di cuenta, era siempre el mismo, siempre desembocaba en el mismo lugar.
No pude llorar, no pude entrar, no pude respirar.
Me odié una y otra vez, no pude para de gritar de golpearme, a mi, a mis riñones, a mis malditas entrañas que absorbieron todo de andar reptando, casi, casi sin darme cuenta. RESPIRE. Sentí el aroma que penetraba por mis fosas, sentí las vibraciones del inframundo y lloré. Desconsoladamente.
Cuando volví a respirar, ya no era yo.